El segundo álbum de Ginebras empieza con el grupo despertándose de un sueño y acaba queriendo vivir en él. Es una montaña rusa de emociones donde los deseos, la fiesta, la salud mental, la ansiedad, los juegos, la felicidad, los lunes negros, el agradecimiento y hasta Alex Turner, Iker Jiménez y Elvis Presley se entremezclan en unas letras costumbristas y espontáneas. Encontramos once canciones con variedad de ritmos y estilos como el pop, el rock, el indie y el funk. El cuarteto femenino nos regala estribillos coreables, himnos generacionales y hooks que no salen de la cabeza.