La música, como todas las artes, siempre ha estado ligada a su contemporaneidad. Ha
servido como catalizador de revoluciones sociales y amplificador de transformaciones
Colectivas. Es precisamente en esos momentos de máxima lucidez, de máxima
conexión con la realidad de su tiempo, cuando la música deviene más relevante. La
Élite son dos amigos de toda la vida de Tàrrega que pese a seguir caminos vitales
distintos nunca han dejado de ser amigos.
Diosito y Nil llevan jugando a ser La Élite de manera intermitente desde 2017, sin
demasiadas pretensiones más allá de la desinhibición entre colegas. Pero la historia a
veces tiene otros planes y la realidad post-pandemia ha significado y amplificado de
manera natural un proyecto que estaba más cerca de un cajón que de un escenario.
Después del impacto que supuso estar encerrados y desconectados socialmente, La
Élite supone un bálsamo inigualable para varias líneas generacionales que se pliegan a
su nuevo punk. ¿Pero en qué consiste exactamente este nuevo punk?
Espontaneidad, rabia, peligro, irreverencia, electricidad, descuido, crudeza. Un camino
recto que hacer a toda velocidad y sin freno y que, probablemente, acabe contra una
pared. Pero no solo esto, el nuevo punk es más melódico, más coreable y más
bailable. Música enlatada en latas de cerveza. Un karaoke lleno de puro incivismo
sónico que moviliza a gritar frases que van desde la autocrítica más feroz ¿Por qué no
buscas un trabajo? Todo el mundo tiene uno. ¿Por qué no dejas ese grupo? No sabes
cantar., hasta la implosión más absoluta ...con 28 he gastado 6 vidas, un gato negro
con zapatos adidas.
El Nuevo Punk es el álbum debut de La Élite. Un disco que llega como colofón a un año
implacable para un grupo que ha cambiado las reglas del juego (pasando de actuar
para 100 personas a hacerlo para más de 1000 en menos de 10 meses) y en el que se
incluyen canciones que son ya clásicos como Nuit Folle o Bailando.