Segundo volumen dedicado a la música synth hecha en España durante los años ochenta. Del tecno pop que flirteó con las listas de éxitos al underground experimental, estos 20 temas son el reflejo de una década y escena musical en constante y rápido movimiento. Muzak, Diagonal, TV Soviética, Orfeón Gagarin, Esplendor Geométrico, Logotipo, Jan, Claustrofobia, De Picnic, Fanzine, Q, Demian, Flash Cero, Flácidos Lunes, Betty Troupe, Manía, Minuit Polonia, Heroica, V Generación, Programa. Ambos formatos incluyen un extenso libreto con texto de Sergio Sánchez (Jazznoize), fotos de los artistas y memorabilia.
A principios de los años ochenta existió una música futurista que anticipaba otra época musical de forma triunfante para algunos proyectos que funcionaron en los circuitos alternativos. Tradición, trayectoria y futuro: esas son las tres palabras que podríamos condensar en este escrito cuyo cometido es el de continuar con la descripción de un movimiento castrado en su nacimiento que intentaba aportar pluralidad y matices a una monolítica escena cultural demasiado previsible, comercial y rancia. El tejido musical del synth pop, la electrónica experimental y el incipiente sonido industrial primitivista de grupos como Esplendor Geométrico u Orfeón Gagarin se topó con una inexistente participación social que garantizara una cultura de base amplia y de carácter popular. El alma viva de aquellos pioneros se extinguió para siempre, y ahora es el momento de recuperar sin tibiezas las composiciones de parte de esos grupos incomprendidos. Interferencias aporta su grano de arena en la odisea difusora del patrimonio musical de lo raro de aquella década de los ochenta, ya sin dictadura. Eran nuevos tiempos de lucha entre los que proponían ruptura y los que deseaban un camuflaje de alto diseño. En esta segunda parte de Interferencias continuamos con el interés y la atracción hacia aquellos nuevos sonidos, una especie de necesidad apremiante para estos gurús embrionarios del tecno pop, que se aferraban a sus instrumentos de nueva generación como si fueran símbolos de la avanzadilla del post franquismo. Aparecieron en plena Transición, como grupúsculo extraño, pero con popularidad entre las minorías al margen del sistema artístico dominante y oficial. Esa novedosa corriente estaba ungida por una idea fundamental, la del abandono de la discriminación en el uso de sintetizadores como elemento reproductivo de emociones. Con ciertos ribetes modernos, alternaron al margen de las discográficas principales pero con una mirada puesta en los medios de comunicación que ya se iban haciendo eco de sus propuestas, como por ejemplo en las esporádicas apariciones en programas de televisión como Musical Express o La Edad de Oro. Era posible presenciar el impulso de estos grupos que estaban dominados por las estéticas musicales foráneas. Interferencias cierra esa búsqueda analítica de nuestro patrimonio musical más sintético y minimalista, siendo un artefacto respetuoso, escrupuloso con la historia, heterodoxo y nada dogmático. Este tipo de sonidos encarnan la perplejidad, la paradoja y la confusión del momento, que al innovar en el lenguaje y en su discurso sonoro causaron tanto desconcierto y falta de comprensión como entusiasmo por una parte del público. Con algunos de los grupos incluidos aquí podemos descubrir un universo repleto de estímulos y significados, una materia viva capaz de liberar la energía necesaria para insuflarnos nueva vida y darnos elementos sustanciales para reinterpretar y comprender el mundo de la música popular acaecida en las últimas décadas. Queda mucho por recuperar, o mejor dicho, mucho por explorar en esa historia paralela de misterio subterráneo que estuvo oculta para la gran mayoría y que por diversos motivos se vio privada de convertirse en un verdadero germen electrónico popular nacido en España con talento y rebeldía, llegando sin embargo hasta territorios verdaderamente ignotos y desconocidos por miles de jóvenes de aquel tiempo. En ocasiones el canto más bello es el de una lengua desconocida, y ocurre igual con los sonidos. Por ello, invito a disfrutar y participar con la escucha de este banquete donde los manjares sónicos más suculentos no siempre están necesariamente a la vista. Interferencias conforma una espléndida banda sonora que nos guía por los callejones de la memoria y el olvido, sabiendo muy bien que, a veces, los recuerdos valen su peso en oro. Sergio Sánchez