Érase una vez
Hola. Tras cinco años de silencio como dúo (Ibon Errazkin publicó en 2018 su último álbum en solitario, Foto Aérea; SINGLE no publicaban nada desde el Maxi-Single Rea Del Ritmo en 2015), el dúo formado por Ibon Errazkin y Teresa Iturrioz regresa con nuevo disco.
Lo bueno, si breve, dos veces bueno. Es una constante en la trayectoria de Errazkin-Iturrioz, desde AVENTURAS DE KIRLIAN, el mítico grupo de San Sebastián con que se dieron a conocer, cuyo debut homónimo acaba de cumplir 30 años. Siempre han apostado por álbumes de duración discreta, pero con una capacidad de fascinación sonora inagotable. En su cuarto álbum como dúo (quinto si contamos Anexo), SINGLE proponen un nuevo viaje a su universo interior, una nueva demostración de su capacidad para reinventarse sin renunciar en ningún momento a sus principios artísticos.
Hola evidencia, una vez más, que SINGLE son únicos a la hora de crear collages con una capacidad de sugerencia exquisita. Siempre sorprendentes a la hora de combinar sonidos e influencias que a primera vista o escucha puedan parecer imposibles de fusionar, en esta ocasión, Errazkin e Iturrioz vuelven a hacerlo, a la vez que recuperan la esencia de otro de sus celebrados grupos, LE MANS. Buceando en sus raíces, en sus gustos compartidos y en su pasión por el cine, han dado forma a un disco poliédrico, por momentos inquietante, siempre emocionante.
Hola sería la banda sonora perfecta de un western musical. Es más, ya lo es, a falta de que se decidan a acompañarlo de imágenes. Mientras tanto, invitan al oyente a adentrarse en el melancólico mundo de esta futurible película del Oeste sui géneris mediante una obertura que da título al disco, y que lo abre al modo de un musical tradicional, como West Side Story u Oliver!, dos de sus favoritos. Una introducción que saluda al oyente con los principales motivos musicales del álbum fusionados en un único tema instrumental, pausado, evocador; la esencia de Hola, el álbum, concentrada en apenas cuatro minutos. Un imaginativo viaje a un cercano Oeste en el que imperan la melancolía, el onirismo y la irrealidad.
Ya desde Pío Pío, su debut como dúo, SINGLE han apostado por componer canciones que funcionan como ensoñaciones, y que más allá de las letras que compone Iturrioz, dan pie a todo tipo de interpretaciones. Como ocurre con la Legrandiana Pegaso (es decir, a la Michel Legrand), sofisticado medio tiempo teñido de añil que captura a la perfección la sensibilidad que hace de SINGLE un dúo multicolor, y que, en este caso, nos hace pensar en un western mitológico.
La balada más tradicionalmente romántica del álbum ha sido su primer single, El Roce, una bella historia de amor maduro, de una desnuda delicadeza a prueba de clichés. Tras ella, Madrugada Belle Époque, ensoñadora oda nocturna al ensanche de San Sebastián, nos recuerda por qué Errazkin e Iturrioz siempre serán adalides de un Donosti Sound que han sabido enriquecer disco a disco. En este caso, dejándose llevar por los sentimientos que nacen de la memoria y la experiencia. Como sucede en Marta, Quimi Y Yo, cuya letra han inspirado a Teresa Iturrioz personas muy cercanas a ella, y que Ibon Errazkin convierte en un tema a camino entre el country, los clásicos de VAINICA DOBLE y la canción de trovador medieval (con la impagable colaboración de Antonio Galvañ de PARADE al piano).
La inspiración mitológica regresa en Hola, Soy Dafne, reivindicación, en clave poética (con sutil tinte feminista), de personajes como aquella ninfa que protagonizó una desgraciada historia de amor con Apolo, relatada en clave de bolero. Y un guiño a los coros de las tragedias griegas abre la breve Un Beso, canción que originalmente duraba cuatro minutos, y que finalmente publican en forma de exquisita miniatura de menos de uno, y que desemboca en El Sueño, un clásico inmediato de SINGLE, y claro ejemplo de su maestría como creadores pop. Con ecos de Rapture, de Jerry Yester & Judy Henske, habla de ese momento en que te abandonas al deseo de dormir y caes en un sueño profundo de manera irremediable. En ella, Errazkin hace además coros, y cuenta que es una de las que más le recuerdan a Eva Solex, amiga del dúo que falleció en 2018, y a la que dedican el álbum.