Hace poco más de tres anos los pontevedreses Unicornibot cerraron una era consistente en un lustro y tres discos de un carácter único dentro del underground espanol, tanto por su indescriptible épica musical como por sus métodos DIY que acabaron llevando a todos los confines de la península. Tres de sus cuatro miembros se propusieron entonces invertir sus energías en construir un nuevo discurso musical y artístico, con todas las herramientas que tuvieran a mano. Y para ello metieron en la olla su sonido, esta vez pasado por mil filtros y pedales, su forma de hacer las cosas, e incorporaron a la receta todo tipo de aparatos electrónicos, sus voces y toda la experiencia acumulada en sus participaciones en otras interesantes propuestas como Djalminha, Cuchillo de Fuego o Marrones Burócratas.
Desde entonces Alex Gayoso, Gon Goitia y Tono Magarinos se han ido entrecruzando entre batería, guitarras, bajo, sintetizadores, micrófonos y samplers para ir componiendo una nueva forma de atacar a la música, partiendo del rock de alto contenido en distorsión de los Hot Snakes, su querencia matemática por iconos de Dischord como Medications, el obsesivo tratamiento sónico de Battles y el regusto por los estribillos y la electrónica juguetona y orgánica de Animal Collective.
Con la vista puesta en construir esta nueva idea de canción, después de muchos conciertos en Galicia y el resto de la península, visitando asiduamente Madrid y Barcelona y compartiendo escenario con monstruos como Moon Duo, entraron a grabar en octubre del 2016 en La Cortina Roja de A Coruna bajo la batuta de Jose Gutiérrez para llevar a cabo el parto de su primer álbum homónimo con el claro desafío de agitar convenientemente esa coctelera sin que nadie saliese herido.
El resultado es una colección de diez temas traviesos y juguetones, que oscilan entre el post-hardcore, los estribillos pop con tendencia al himno, los ritmos latinos y hasta el afrobeat, con la guinda final aportada por unas letras que reflexionan sin demasiada profundidad y con mucho sentido del humor sobre los dramas de los middle-age, esa generación que se ha quedado tirada sin gasolina en tierra de nadie.
Desde la irónica exaltación del ocio y el buen rollito en clave de barbacoa y post-hardcore de Rinones, hasta la explosión de la ansiedad vital constante de No Lo Sé y Charo, pasando por la infinita capacidad de autoengano de Sábado, el cunadismo de Nivel Experto o la ácida mirada sobre la industria musical en el pequeno gran homenaje a Tony Allen y Fela Kuti de New Wave, diola no dejan títere con cabeza, mientras hacen reír y bailar al respetable.
Diola resume en este debut su trabajo de estos anos y marcan un punto de partida que suena a esos artistas con los que no puedes dejar de bailar mientras te están pasando por encima, además con la marca de BCore, fuente de la que tanto han bebido, y con quien arrancan esta nueva aventura.