Rapsodia Italiana tiene la calidad de apunte de conversación invitando al lector a que abra las puertas que el viajero se limita a señalar. Para Castillo la ciudad está cubierta por un holograma de textos de todo lo que se ha escrito y musicado sobre ella. La condición de este fotolibro es el reflejo de un autor, escritor y fotógrafo compulsivo con evidente capacidad para cazar la fotogenia callada de las ciudades por las que transita.