No hay quinto malo y DJ Koze lo sabe muy bien. Y es que Stefan Kozalla, tras aquel celebrado Amygdala del 2013, no se había vuelto a prodigar en largo formato y, sí, la espera ha merecido la pena y hasta algo más.
El capo de Pampa -sello que en los últimos años ha subido como la espuma entre el undegrunderío más entendido y molón y que en el Off-Week ha montado fiestarrales para el recuerdo- se doctora con un nuevo álbum en el que, curiosamente, quizá lo menos importante sea que en el mismo desfilan, a modo de colaboraciones y cameos, gente de la talla estratosférica de Mano Le Tough, Sophia Kennedy, Bon Iver, Jose González, Róisín Murphy y Speech (Arrested Developmen). Y es que sí, le suman gancho y pegada a este nuevo álbum de Dj Koze, pero si no hubieran sido ellos serían otros los que habrían acompañado al genio alemán en este pedazo de trabajo que ya se ha situado, por derecho propio y sin fanatismos, entre los favoritos para esas futuras listas de lo mejor del año.
Knock Knock es un disco complejo que va directo a la yugular del alma, ataca a las emociones desde una visión poliédrica, poco reglada y sonora de las mismas. Su talento a la hora de producir no se puede cuantificar o medir por lo que baila la gente al son de sus temas. Tampoco por si se venden mucho o no. Su importancia atiende a lo íntimo, al impacto que es capaz de producir en lo trascendente, en lo que deja huella, en lo que realmente importa. Y él se sabe capaz de ello y por eso tira de sensibilidad manufacturada a fuego lento, macerando cada beat, dándole el aspecto -bello, libre e informal- que él desea desde su propio antojo y necesidad.
Bonfire es buen ejemplo de ello, un corte deep-house-pop que nos hace acariciar el cielo con la punta de los dedos. Music on my teeth, en el que colabora Jose González, ahonda en esa vertiente soleada, naif y nostálgica en la que el pop manda y dispone. Con ellos contrasta el mainstreanismo bien entendido de temas como la rotunda, dislocada y redonda Ilumination -en el que canta la ex Moloko- o la presencia vocal de Kennedy en la taciturna, folky y dream-popera This is my rock. Especial mención para Pick Up (con ese delicioso cuasi rapeo de Gladys Knight) que supone la única incursión del disco en el hábitat del baile y que nos traslada directamente a tiempos postreros, de aquel funk-house-disco dorado de los 80 de Chic, pero aquí pasado por el tamiz del french-touch noventero y que habrían muy a gusto firmado los mismísimos Daft Punk (o Groove Armada). También Seeing Aliens nos invita a mover el alma desde una cadencia clásica, piano vs. sintetizador, que eleva este corte a uno de los más DJ Koze del disco.
Finalizaremos destacando el feliz hip-hoperio abstracto de Lord Knows, un pasaje encantador que hará volar a cualquiera y la tremenda belleza houssie e hipnótica de ese excelente Planet Hase que rubrica junto a su buen amigote Mano Le Tough. En fin Knock Knock es un disco que nos reconcilia con la electrónica sensitiva, la que nos acaricia el alma. Ya era hora.
Fernando Fuentes. Urban Magazine