Con la publicación en 1992 de este título nació un libro que ha trascendido a diferentes generaciones como lectura indispensable del cuento contemporáneo. Su autor subrayaba las existencias de unos personajes que se debaten entre la banalidad y el prodigio; constituyen el pretexto para levantar una escritura cargada de sabores y olores, allí donde la memoria de cada cual inventa sus jardines.