¿Qué haces cuando no te permiten el acceso al club, cuando no hay otro y cuando no quieres (o no puedes) cambiar? Muy sencillo. Dinamitas el club.
En huelga contra Dios es una novela fiera, frenética e hilarante sobre una feminista convencida que se da de bruces con una situación nueva: que no le gustan los hombres. O que le gusta una amiga. Su lesbianismo repentino la sorprende, le hace replantearse su pasado, su presente y su futuro, además de entrar en conflicto con su deriva activista. Incluso en esa época dorada del movimiento de liberación de las mujeres que fue la segunda ola del feminismo, la autora se ve obligada a justificarse una y otra vez, ante los demás y ante sí misma. Con un estilo de tremenda originalidad y un ritmo trepidante que casi obliga a leer sin respirar, Russ roza a veces el absurdo con historias de vampiros y armas de fuego capaces de hacerte reírte en alto.
Ahora que los feminismos lo impregnan todo, es curioso adentrarse en este alegato profundamente radical, audaz e insolente, que nos da una idea de por qué el activismo sigue siendo absolutamente necesario, si bien suele verse atravesado por lo que viene siendo la vida. Pero En huelga contra Dios habla también de lo que supone no encajar, de odiar a todo el mundo y de tener conversaciones imaginarias con tu psicólogo muerto, con el Hada Madrina, con partes de tu cuerpo o con el lector porque, ¿cómo vas a contárselo a tus amigos?
Joanna Russ fue escritora, profesora universitaria, crítica literaria y activista feminista. Como autora se dedicó principalmente al género de la ciencia ficción, en el que ganó premios tan prestigiosos como el Hugo y el Nébula, y donde se encuadran sus obras Picnic en el paraíso (1968), La muerte del caos (1970), El hombre hembra (1975) o Almas (1983). Pero también fue una pionera de la crítica literaria feminista, publicando libros como el imprescindible Cómo acabar con la escritura de las mujeres (1983). En esta obra única y particular, inédita en español hasta la fecha, aúna ficción y ensayo con maestría, desgranando en una autoficción cáustica y personalísima algunos debates clave del feminismo y del colectivo LGTBQI+.
Innegablemente brillante. Russ estaba aquí para imaginar, inventar salvajemente y deshacer en el proceso. - THE NEW YORKER