El diablo vino a mí: género, drogas y rock and roll, es un viaje al corazón de lo que supone tocar en una banda siendo una mujer. Combinando la investigación académica, la propia experiencia y el sentido del humor, la autora nos sumerge, con perspectiva de género, en las profundidades del universo de los grupos de música.
El rock and roll siempre ha significado, en el imaginario colectivo, rebeldía, libertad, sexo, drogas, aventuras y un estilo de vida alejado de convencionalismos, pero ¿funcionan estas premisas también para las mujeres rockeras? ¿Es la carretera un espacio amigable para ellas? ¿Se romantizan por igual los excesos? ¿Son las guitarras igual de accesibles? ¿Los escenarios igual de habitables? ¿Se enfrentan a lo mismo que sus compañeros hombres? ¿Por qué nadie sexualiza a RATM o Red Hot Chili Peppers si aparecen completamente desnudos pero la teta de Janet Jackson o el beso lésbico entre Madonna y Cristina Aguilera hicieron correr océanos de tinta?
Todas estas preguntas y muchas otras son respondidas con pluma mordaz y ágil, en este ensayo riguroso y urgente, por momentos desternillante y absolutamente necesario. Un ensayo escrito con un pie en la antropología feminista y otro en el escenario.