Hip hop, poesía, spoken word, narrativa, teatro
con tan sólo 35 años, la rapera inglesa (miembro de la prestigiosa Real Academia de la Literatura, finalista del Mercury Prize a mejor álbum del año por su debut Everybody Down y ganadora del premio Ted Hughes a la innovación en poesía) atesora un legado artístico que la convierte en una de las voces imprescindibles no ya de su generación, sino de las últimas décadas, y ese estatus de artista única, inalcanzable y necesaria no hace más que confirmarse con la publicación de The Book Of Traps And Lessons, su flamante nuevo disco.
Vaya por delante que nos encontramos ante el trabajo más denso y complejo en la por ahora intachable discografía de Kate Tempest. The Book Of Traps And Lessons no es una obra de fácil digestión, el equilibrio entre música y literatura en el que tan bien se maneja la inglesa, con una novela, varios poemarios publicados y diversas obras teatrales estrenadas a sumar a sus dos enormes discos en solitario, se decanta esta vez hacia la dimensión literaria. Salvo puntuales momentos en los que ritmos downtempo de electrónica sutil dotan al disco de una ambientación hip hop, en The Book Of Traps And Lessons la voz es protagonista omnipresente, arropada en la mayoría de piezas por austeros y preciosistas arreglos de cuerdas y pianos, sutiles y cinemáticos casi, de regusto clásico y jazzístico por momentos.
La música, esta vez, está al servicio del mensaje, y el silencio pasa a ser un instrumento más. Kate Tempest dinamita las fronteras entre géneros, estilos y disciplinas para ofrecer una obra en la que todo gira en torno a las palabras. El fraseo irresistible de la inglesa, a medio camino entre el rap y el spoken word, se convierte esta vez en un profundo monólogo en primera persona que nos sumerge en cincuenta minutos de intensidad emocional de los que es difícil salir ileso. Como telón de fondo, violines y arpegios obsesivos, música de feria de sabor añejo, oscuridad electrónica, delicados acordes de piano, y el vacío más absoluto. El trabajo de producción a lo largo de todo el disco (un tal Rick Rubin anda por ahí metido) sirve a un único propósito: ofrecer los paisajes adecuados para que la declamación de Kate Tempest alcance cotas de emoción desgarradoras, y vaya si lo consigue.
The Book Of Traps And Lessons es una interrogación continua, una disección de los impulsos, deseos, motivaciones, miedos, esperanzas e inseguridades que dan forma a nuestro día a día: todo aquello que nos hace humanos. Tempest bucea en las contradicciones de un mundo que tiende a la deshumanización, observa con mirada radiográfica el reverso oscuro de la sociedad de consumo, la atomización y alienación del individuo dentro de una realidad infectada por la desigualdad y el egoísmo, y escribe desde el desgarro de quien se niega a caer en la indiferencia.
La visión distópica de esa realidad, ya transitada anteriormente por Kate Tempest en temas como Europe Is Lost, esta vez viene marcada por un impulso de búsqueda de la bondad, y ahí radica la importancia principal de este monumental y ambicioso trabajo: en la era de la inmediatez y el vértigo tecnológico, del cinismo y las equidistancias, Kate Tempest se aferra a la sabiduría del proverbio clásico que sentencia nada humano me es ajeno para construir un alegato acerca de la necesidad de recuperar los fundamentos básicos de la decencia y la compasión. Así de simple y así de brutal es la sacudida que esta obra produce: hay un resorte oculto en nuestra sensibilidad que queda activado cuando las notas finales de piano acompañan el majestuoso cierre del disco con la frase I Love Peoples Faces, y en ese momento sabes que acabas de vivir una experiencia importante, y que algo ha cambiado. Tempest funde lo universal con lo personal en un alegato desesperado en defensa de la empatía y, como ocurre con el arte cuando este importa de verdad, uno es una persona diferente al final del trayecto: una persona mejor, en este caso.
Ricky Lavado.