Push the Sky Away es el decimoquinto álbum de estudio del grupo australiano Nick Cave & The Bad Seeds, publicado por la compañía discográfica Bad Seed Ltd. en febrero de 2013.
Cave vive instalado desde hace al menos dos décadas en una posición más allá del bien y del mal, ejerciendo de clásico contemporáneo sin margen para el error. Se lo ha ganado a pulso: es evidente que hay discos mejores (superlativos) y otros menores en su discografía, pero absolutamente ninguno se puede tildar de paso en falso. En esa línea Push The Sky Away tal vez no sea el trabajo que más nos (me) apetecería escuchar ahora mismo de Nick Cave y sus lacayos; ¿realmente era necesario arrancarles los dientes a los Bad Seeds y reconducir toda su agresividad a un proyecto paralelo como es Grinderman?
Pero poniendo la objetividad por delante resulta inevitable volver a descubrirse ante un universo lírico e instrumental que a estas alturas de la película se ha quedado sin competencia: ¿Qué fue de Tindersticks, Gallon Drunk o Divine Comedy?¿Last Shadow Puppets? No me hagas reír
Si acaso Richard Hawley aparece como el único crooner actual que puede hacerle sombra.
Así las cosas, el australiano puede permitirse perfilar en sus cada vez más espaciados lanzamientos ese sonido marca de la casa, que en Push The Sky Away despoja de ornamentos y se define esencialmente por todo lo que no es: no es un disco levantado a partir del piano -ese papel lo hace aquí el órgano Rhodes- como los que marcaron su tránsito del siglo XX al XXI, no es un disco funky como su predecesor Dig!!! Lazarus Dig!!, ni peligroso como aquellos con los que se construyó el personaje y su ideario sonoro en la década de los 80.
Su decimoquinto largo tiene algo de crepuscular, y no debería extrañarnos en quien, superada la cincuentena, disfruta de una vida familiar que ha narcotizado de una vez por todas a la bestia que lleva dentro. Y en los pocos momentos en que la reptante sección rítmica amenaza con volver a hacerla salir -Waters Edge, We Real Cool- una sección de cuerdas la aplaca y convierte en recuerdo melancólico de lo que una vez fue. De esta manera Cave, que siempre ha apuntado al western como su género cinematográfico favorito, se mete con Push The Sky Away en el papel del viejo sheriff que al mirar por la ventana, todavía acariciando la pistola, rememora locuras de juventud.
Luis J. Menéndez. Mondosonoro